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Guía de estudio Andersen op.15

Los 24 Estudios op.15 de Andersen proporcionan una herramienta excelente a los flautistas que quieran desarrollar su técnica y musicalidad.

Os propongo una serie de pasos y reflexiones para que este trabajo sea eficiente, productivo y placentero.

 

1- Lectura lenta y expresiva. Es importante darse tiempo para ir entrando y comprendiendo la pieza. Pararse en alguna nota si es necesario para captarla y sentirla bien.

Poner ya en esta fase inicial las respiraciones que sigan la lógica de las frases y que nos sirven para organizar el trabajo posterior. Más adelante estas respiraciones podrán ser ser revisadas cuando vayamos aumentando el metrónomo.

Pasar tiempo en el primer compás (o compases), para tener una idea clara de cuál es la "idea principal" o "idea generadora" del estudio, su fraseo, su articulación, todas sus características. Esto nos ahorrará mucho tiempo y nos ayudará a progresar más rápidamente con el estudio.

 

2- Tocar cada frase: a/ tempo lento, b/ tempo medio, repitiendo como mínimo tres veces SIN errores. Cada repetición nos da una oportunidad de mejorar, profundizar, "entrar" en la justa expresión. No repetir sin ton ni son. La repetición atenta y con intención es la herramienta más potente que tenemos para progresar. Poner suficiente pausa entre repeticiones.

 

Justa expresión va íntimamente ligado a una buena afinación: los intérvalos bien afinados, que la flauta esté "afinada en si misma". Utilizar afinador de vez en cuando como referencia, pero mucho mejor (indispensable!) utilizar nuestro "afinador interior" ("cantar" con la flauta!).

 

3- Juntar 2 frases, luego 4, luego toda una sección, etc., siempre:  a/tempo lento, b/tempo medio

 

Decidir enseguida dónde utilizar el si bemol con o sin pulgar. Indicar en la partitura el momento justo donde colocamos el pulgar (circulito vacío o circulito con b).

 

Estar siempre ATENTO a lo que se toca: 50% tocar / 50% escuchar. La Escucha tiene siempre la última palabra. No tocar sin conciencia, sin atención, es una pérdida de tiempo y la mejor manera de estudiar ineficazmente. 

 

Escribir a lápiz  las alteraciones sobre aquellas notas que nos damos cuenta que no tenemos claras, y que suelen ser dónde repetidamente nos equivocamos. En caso de error recurrente: qué no tengo claro? Cantar el pasaje (sin la flauta). Cantar = escucha interna.

 

En pasajes semi-cromáticos, indicar con un corchete los intérvalos de tono entero (los no-cromáticos). Repetir estos pasajes,  hasta que queden grabados en nuestra memoria auditiva y nuestra memoria motora.

 

Marcar con asterisco al margen de la partitura los pasajes de máxima dificultad. Empezar por ahí la próxima sesión. Ir borrando a medida que se vayan solucionando.

 

Tener en cuenta siempre un buen legato donde se requiera. Ahí donde el legato tiene más dificultad (intérvalos grandes ascendentes o descendentes, cuando esté involucrado el sol #, tritonos, etc), cuidar:

. la coordinación entre dedos que suben y bajan

. el cambio de presión de aire

. los ajustes de embocadura necesarios

 

4- Una vez consideremos que tenemos la pieza "montada", aumentar el tempo progresivamente, hasta llegar al metrónomo indicado.

 

Encontrar la forma de la pieza (casi siempre ABA), y preguntarse dónde está el punto culminante, o punto de máxima tensión (dónde está la tonalidad más alejada de la principal?). A partir de ahí decidir las dinámicas, los colores, la direccionalidad del tempo...

 

5- Estudiar de memoria. Primero una frase, después de dos en dos, después toda una sección, etc. Vale la pena el esfuerzo. No temer al estudio de memoria. Con práctica se hace cada vez más fácil.

 

Siempre CLARIDAD en la ejecución, en cualquier tempo: que se escuchen todas las notas, todas las voces, el fraseo justo, la regularidad de los dedos, legato sin "agujeros", las dinámicas, etc. La Escucha es básica.

 

Especialmente para los estudios en tonalidades más inhabituales (por ejemplo, estudio n.10):  tocar Taffanel/Gaubert 4 (o alguna otra modalidad de escala) en todas las tonalidades cercanas a la tonalidad central, es decir: Tónica/ Dominante/ Subdominante/ Relativa/ Dominante de la Relativa/ Subdominante de la Relativa/ Doble Dominante. Con ello nos familiarizamos con las alteraciones que aparecerán en la pieza, y nos facilitará la comprensión armónica y por tanto la ejecución.

 

No temer al análisis armónico. Darse al menos cuenta de por qué tonalidades principales pasa la pieza. Tener una clara visión del desarrollo armónico ayuda a la justa expresión, y al aprendizaje de memoria.

 

Frasear TODAS  las voces: el bajo, el soprano, si hace falta las voces intermedias (p.ej. n. 4).

 

Prestar una atención especial a las notas alteradas, son casi siempre notas especialmente expresivas.

 

Finalmente, tocar para alguien, o grabarse. Hacer del estudio una pieza de concierto. Huir de interpretaciones mecánicas.

Queremos llegar al punto de tocar con fluidez, disfrutando y dando vida a la pieza.

 

No hace falta decir que estas recomendaciones son aplicables a cualquier pieza que queráis tocar!

 

Buen trabajo!

 

 

 

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